En Psicología, el gaslighting se define como una forma de abuso emocional en la que la víctima es manipulada al punto en el que llega a dudar de su propia percepción, juicio o memoria. Esto provoca ansiedad, confusión e incluso depresión.
Cabe destacar que este tipo de manipulación puede ocurrir en relaciones personales o profesionales, y las víctimas están dirigidas al núcleo de su ser: su sentido de identidad y autoestima.
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¿Cuáles son las tácticas del gaslighting?
Una persona que suele utilizar el gaslighting tiende a mentir sobre cosas simples, pero esto va aumentando en gran medida, por lo que puede acusar a su víctima de ser ella quien miente al cuestionarlo sobre sus palabras o acciones.
Por lo general, este tipo de personas implementan un refuerzo positivo ocasional para confundir a su víctima, pero al mismo tiempo, pueden intentar enfrentar a otros a la víctima, incluso a sus propios amigos y familiares, diciéndoles que esta se ha vuelto paranoica, tóxica o mentirosa.
Una víctima que cae en este tipo de manipulación experimenta una mayor duda de sí misma mientras su manipulador insiste en que lo que recuerda, piensa y siente está mal. A su vez, introducirá mentiras en arenas más sensibles, con el objetivo de interrumpir y distorsionar los aspectos fundamentales del ser de la víctima, desgastarlos, establecer confusión y obligarlos a confiar en la versión que mejor le convenga.
De forma breve, el objetivo principal de los gaslighters es mantener a la víctima enganchada, llegando al grado de aparentar para invertir los papeles y hacerse la víctima.
En temas de Psicología, este tipo de manipulación puede ser devastadora y orillar al paciente a adquirir problemas mentales, por lo que tu misión será ayudarlo a salir de este tipo de situaciones para que poco a poco logre mejorar su calidad de vida.
Consecuencias del gaslighting
Algunas de las consecuencias más frecuentes que podrás apreciar una vez que logre tratar a las víctimas del gaslighting, son:
- Dudas sobre el propio raciocinio. Lleva a la víctima a no confiar en su capacidad para razonar y tomar decisiones, por lo que busca ayuda en el criterio de los demás, y sobre todo en la persona manipuladora, que le hace ver sus supuestos errores.
- Dudas relacionadas con la propia salud mental. En casos muy extremos, la víctima asume que tiene un trastorno psicológico que explicaría sus reacciones emocionales poco adecuadas, o sus maneras de pensar alejadas de la realidad.
- Bajada del nivel de autoestima. La persona deja de centrarse en los supuestos defectos específicos que quien la está manipulando ha criticado, y da por sentado que, en general, “no sirve para nada”.
- Dudas sobre la capacidad para recordar bien. Hace que la víctima dude sobre el funcionamiento de su memoria, dado que la persona manipuladora la convence de cosas que no ocurrieron y que por ende no recuerda.
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