La importancia de tus creencias: ¿te limitan o te empoderan?

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Todos en algún punto de nuestra vida, nos hemos topado con obstáculos en nuestro camino, ya sea para alcanzar una meta profesional o personal; pero cuántos de nosotros nos hemos cuestionado si nuestras creencias podrían ser las que construyen esas barreras que nos alejan de lo que queremos lograr.

Sin embargo, no quiere decir que toda creencia sea limitante, al contrario hay muchas que te ayudan a alcanzar tus metas. Por tanto, para lograr hacer un cambio en nuestras vidas lo primero que debemos hacer es responsabilizarnos de nuestro futuro, determinar qué queremos, a dónde queremos ir, qué tipo de personas queremos ser. Recuerda, no existe la transformación social sin una transformación individual.

Ahora bien, tal vez te preguntes y cómo es que puedo cuestionar mis creencias y determinar si me limitan o me potencializan, para responder a esta pregunta, te invito a que sigas leyendo mientras inhalas profundamente y sientes como oxigenas cada célula de tu cuerpo, ahora exhala y siente como desintoxicas tu organismo, inhala y cuenta hasta siete mentalmente, ahora exhala. ¿Te sientes mareado? Lo has hecho muy bien.

 

La fuente de la miseria humana

Con la menta más despejada y relajada, te pido que conectes con el siguiente relato titulado “La fuente de la miseria humana” del libro Conversaciones de Richard Bandler y Owen Fitzpatrick:

“Fue una de las más grandes tragedias que se hayan visto. Ellos fueron encarcelados por un crimen que no cometieron. Sus captores no revelaron cuál era el supuesto crimen, pero de cualquier modo los mantenían presos. Les eran cubiertas sus necesidades básicas, pero sus vidas eran un infierno. Casi todos los momentos de cada día eran atormentados y maltratados. Eran insultados constantemente y se les decía que eran unos buenos para nada.

Estaban llenos de preocupaciones y de miedos acerca de cualquier cosa y de todo. Eran victimizados y se les daban tantos mensajes cruzados que se volvieron inseguros de quienes eran y de lo que podían lograr. A algunos de ellos se les aislaba de los demás, mientras a otros se les mantenía en mala compañía, con aquellos quienes constantemente los presionaban. Algunos querían morir. Algunos se mantenían luchando con la vida. Todos eran mantenidos en algún grado de cautiverio.

 Eran constantemente criticados acerca de lo que hacían. Se les hacía sentir pésimo cada vez que cometían una equivocación. Se les mantenía alejados de todo lo que habían querido siempre. Su decepción y desesperanza crecía cada día. Ellos se autocompadecían y lanzaban su frustración unos a otros. Mientras tanto, sus captores empeoraban las cosas y los prisioneros solo se preguntaban si esto terminaría alguna vez. Estaban sobrecargados por todo lo que eran forzados a hacer. Sufrían y estaban desamparados.

Se les concedían momentos de “libertad”, pero no era libertad realmente. Muy dentro de ellos, sabían que tendrían que soportar el dolor que pronto sus captores les infligirían nuevamente, y el alivio temporal no significaba nada. Ellos sufrían la mayor parte del tiempo. Su salud decaía por el maltrato. Muchos de ellos no podían ni dormir. Sus vidas estaban privadas del significado que alguna vez habían tenido. Caminaban deprimidos, ansiosos, temerosos y frustrados de todo. Anhelaban la libertad.

 Así que, ¿Quiénes eran ellos?, ¿Quiénes eran sus captores? ‘Ellos’ eran la raza humana, y sus captores eran sus mentes. Desde tu nacimiento, has aprendido maneras habituales de pensar, sentir y comportarte. Muchos de estos hábitos te aprisionan en la infelicidad, la soledad, la autoduda, la autoconmiseración y el odio. Estos a su vez, afectan tu salud, tus relaciones y tu vida”.

¿Para qué cambiar o hacer algo hoy?

Ya que has terminado de leer el relato, inhala y exhala. Ahora bien, reflexionemos: ¿Te has percatado que tu respiración es automática? ¿Qué similitud tiene esta acción con la de pensar? Las creencias que te repites todos los días en tus diálogos internos, ¿te motivan a cambiar o a hacer algo? o ¿te estancan, no te dejan moverte?

Lidia Muradep, en su libro Coaching para la transformación personal menciona que existen dos poderosas razones para que las personas y las organizaciones se mantengan flexibles al cambio: la exigencia de adaptarse a un contexto en permanente transformación y  mejorar la calidad de vida.

Es conveniente desplegar todo el potencial de nuestro ser, afianzar nuestras creencias que nos empoderan para ser mejores personas, tener una mejor calidad de vida y evolucionar. Para esto, debemos darle dirección a nuestro cerebro, ya que nuestra calidad de vida depende de la calidad de nuestros pensamientos, caso contrario, este se manejará por su cuenta o quizás otros encontrarán la manera de hacerlo por nosotros.

Como dice Richard Bandler, uno de los creadores de la PNL3, “la mayoría de las personas no utiliza sus propios cerebros en forma activa y deliberada. Su mente es como una máquina carente de un interruptor que la pueda desconectar. Si usted no le da alguna tarea, gira y gira hasta que se aburre. (…). Si su cerebro está sin ninguna ocupación, va a comenzar a hacer algo y no parece importar qué es ese algo. A usted puede importarle, pero a él no”.

El acto de ser un observador de nuestros pensamientos y emociones nos habilita a estar en el presente, es sorprendente el movimiento constante de nuestra mente que nos aleja del ahora.

Al responder ¿qué queremos?, ¿a dónde queremos ir? y ¿qué tipo de personas queremos ser? logramos tener una visión más clara de nuestros objetivos, así nuestro cerebro se pondrá en marcha en esa dirección, buscando el mejor trayecto posible.

Por otro lado, cuando nuestra mente está a la deriva tenemos diálogos internos que nos acechan constantemente, estancándonos, anulando el control de nuestra propia vida.

Entonces convendría reflexionar sobre la pregunta: ¿Para qué cambiar o hacer algo hoy? A este cuestionamiento, la respuesta más adecuada sería: para vivir mejor.

 

*Escrito por LAE, Lorena Patricia Garcia Gonzalez, Gerente Empréndete de UVG Campus Tapachula

 

Escrito por Aliat

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